Este pequeño edificio fue pensado para un uso temporario, como un lugar de ocio, descanso y reunión familiar.

 

Por sus proporciones evoca y puede ser leído como un muro en el paisaje. Que se cierra hacia lo más público y mira hacia un punto preciso, una referencia en este horizonte tan característico del Valle Central de Chile, el Volcán Descabezado Grande.

 

El proyecto se emplaza en una zona rural, campestre a pocos minutos de la ciudad de Talca, en un terreno marcado por las vides de uva que anteriormente hacia parte de un viñedo y del canto de las cigarras en las noches de verano. 

 

Su espacialidad se desarrolla respetando lo existente e intentando situarse cercano a lo simple atreves de 3 acciones.

 

La primera siendo la construcción del muro, pieza funcional del proyecto que alberga todo lo necesario para la habitabilidad del lugar. Una ducha abierta, una bodega, un baño y lo más importante un espacio de cocina con parrilla.

 

La segunda, una  cubierta metálica con forma de mesa de patas desfasadas que representa el cobijo, la protección a las intemperies y al sol del verano que con su posición peculiar genera sombra y apuntar la vista hacia el volcán. Este al mismo tiempo es el alma del proyecto donde pasan las cosas, las reuniones familiares, los diálogos, las reflexiones.

 

La tercera, un área de piscina la cual se inserta en la grilla preexistente del viejo viñedo, bordeada de un muro bajo y un deck  de madera, estos elementos sirven como mobiliarios básicos en torno al agua. Con la excavación de la piscina se genera un movimiento de tierra que se ocupa para generar un trazado en el lugar que se eleva sobre el viejo vestigio de la viña.

 

Todos los elementos desde las llaves, los muebles, la iluminación hasta la misma parrilla fueron pensados y dibujados para este proyecto y construidos por cinco maestros locales.